En función de recaudación se jugará sin reducciones, reduciendo al 13 o por porcentajes. Esto dependerá de la evolución de la peña básicamente, en un primer momento se reducirá al 13 porque la recaudación será baja, en cuanto comiencen a llegar los buenos resultados la recaudación subirá y se decidirá jornada a jornada el tipo de juego.
En cualquiera de los tres casos se jugará contrapronóstico, es decir, obviando partidos que son muy claros del Real Madrid y Barcelona que se jugarán, normalmente, a signo fijo; el resto se evaluará las posibilidades reales de que se obtenga el signo más jugado y si la incertidumbre es suficiente se ponderarán los signos menos probables con más apuestas en el boleto.
Esto hará que las jornadas con mayor número de acertantes sea improbable alcanzar los premios, pero que las jornadas con MENOS ACERTANTES, si se cumplen las condiciones, sea PROBABLE ALCANZAR LOS PREMIOS CON MAYOR IMPORTE.
El sistema de juego hay que tenerlo en cuenta y valorarlo antes de participar en la peña. Las reducciones nos obligarán a jugar en muchos casos dobles donde el signo más probable NO ESTARÁ JUGADO, con lo que es necesario que cada peñista asuma el riesgo de que con este sistema las probabilidades de premio son bajas. Sin embargo, en el otro lado de la moneda, en el caso de que se reciba premio, las probabilidades de que la cuantía del mismo sea elevado son MUY ALTAS.
Aquí no vendemos humo. Muchas jornadas serán en blanco, pero cuando caiga el premio, quien esté subido al barco se alegrará de haber cogido los remos.
Llevamos muchos años jugando la quiniela y la experiencia nos dice que no merece la pena apostar por un catorce que acierte todo el país, sino acertar uno que no acierte nadie, aunque tardemos mucho más tiempo en conseguirlo.